¿Cómo reducir las emisiones de CO2 en la industria?

emanaciones industriales
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«La eficiencia energética y las energías renovables son los principales pilares de la transición energética y en conjunto pueden reducir las emisiones de CO2 en un 90%, de acuerdo con la Agencia Internacional de Energías Renovables.»

Una de las formas más efectivas de reducir las emisiones de CO2 en la industria es a través de la eficiencia energética. Esto puede lograrse mediante la mejora de los procesos de producción, la optimización de equipos y la implementación de tecnologías más limpias. Según un estudio de la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), la eficiencia energética puede reducir las emisiones de CO2 en la industria en un 20-30%.

Otra forma de reducir las emisiones de CO2 en la industria es a través de la generación de energía renovable. La energía solar, eólica e hidroeléctrica son algunas de las formas más comunes de generar energía renovable. 

La captura y almacenamiento de carbono (CAC) es otra forma de reducir las emisiones de CO2 en la industria. La CAC es un proceso mediante el cual se captura el CO2 emitido por las industrias y se almacena de forma segura en el suelo o en el fondo del mar. Según el IEA, la CAC puede reducir las emisiones de CO2 en la industria en un 15-20%.

Por último, las políticas y regulaciones gubernamentales también pueden ayudar a reducir las emisiones de CO2 en la industria. Esto puede incluir la implementación de límites de emisiones, la creación de sistemas de comercio de emisiones y la promoción de tecnologías limpias.

Panorama de las emanaciones industriales de CO2 en 2023

En 2023, las emisiones globales de CO2 alcanzaron un récord alarmante de 40,900 millones de toneladas, según el informe «Global Carbon Budget» durante la COP28.. Este incremento del 1.1% respecto a 2022 resalta la urgencia de adoptar soluciones efectivas para las emanaciones industriales. Aunque regiones como Europa y Estados Unidos han logrado reducciones, a nivel global las emisiones continúan en aumento, con un riesgo significativo de superar el umbral de calentamiento global de 1.5°C en los próximos siete años.

Sin embargo, hay indicios de un cambio inminente. Según un estudio de Rystad Energy, se espera que las emisiones de CO2 de combustibles fósiles alcancen su punto máximo en 2025, llegando a alrededor de 39 gigatoneladas por año. Este posible cambio de tendencia es el resultado de una combinación de políticas anunciadas, desarrollos en la industria, y avances tecnológicos. A pesar de que las emisiones alcanzaron un máximo histórico en 2022, debido en parte a la reactivación de centrales de carbón y la priorización del gas durante la crisis energética post-invasión rusa de Ucrania, se espera que este sea un pico temporal.

Las emisiones directas de CO2 de la generación de electricidad y calor están previstas para alcanzar su máximo este año, con una disminución gradual que ganará impulso en los próximos años. Este declive en las emisiones de los sectores de electricidad y calor es un indicador prometedor y se espera que contribuya significativamente a la disminución de las emisiones totales de CO2 en todos los sectores para 2025.

Este panorama sugiere que, aunque enfrentamos un desafío monumental, los esfuerzos globales para reducir las emisiones están empezando a dar frutos. La implementación de tecnologías limpias, políticas gubernamentales más estrictas y la inversión en energías renovables son esenciales para mantener esta tendencia a la baja. La colaboración global y la acción coordinada siguen siendo clave para revertir la tendencia creciente de emisiones y alcanzar nuestros objetivos climáticos.

emanaciones de co2

Estas son las soluciones para las emanaciones industriales

Para cumplir el objetivo de mantener la temperatura por debajo de 1.5 ºC se requiere de acciones inmediatas y de esfuerzos sustanciales del sector industrial para reducir las emisiones.

El sector industrial es el segundo mayor emisor después de la generación de electricidad, con más del 30% de las emisiones mundiales y casi el 40% del consumo global de energía (IRENA,2022), siendo responsable de una cuarta parte de las emisiones globales de CO2 relacionadas con la energía.

Datos recientes de la Agencia Internacional de Energía (2023), reportan que los combustibles fósiles representaron el 71% del consumo energético del sector industrial. China representa más del 41% del consumo de energía en la industria, seguida de Estados Unidos con un 9%, la Unión Europea e India con un 8%.

Dada la envergadura de los retos actuales de emisiones netas cero, una sola organización o sector industrial no dispone de las soluciones necesarias para abordar la descarbonización por sí sola. La descarbonización industrial requiere una colaboración intersectorial para reforzar la demanda de soluciones bajas en carbono en toda la cadena de valor.

En resumen, existen varias formas de reducir las emisiones de CO2 en la industria, incluyendo la eficiencia energética, la generación de energía renovable, la captura y almacenamiento de carbono y las políticas y regulaciones gubernamentales. Estas medidas pueden ayudar a mitigar el cambio climático y a proteger el medio ambiente.

La reducción de las emisiones en todos los sectores industriales exigirá cambios radicales en la forma de producir, consumir y eliminar los materiales. El escenario de 1,5 °C de IRENA propone una cartera de estrategias de descarbonización basadas en cinco pilares: reducción de la demanda y mejora de la eficiencia energética y de los materiales, junto con prácticas de economía circular y cambios estructurales; uso directo de electricidad limpia (producida predominantemente a partir de fuentes renovables); uso directo de calor y biomasa renovables (incluida la energía solar térmica, la geotérmica, los biocombustibles y los biocombustibles y materias primas renovables); uso indirecto de electricidad limpia a través de combustibles sintéticos y materias primas (predominantemente renovables); y uso de medidas de eliminación de CO2 y CAC (incluida la bioenergía con captura, utilización y/o almacenamiento de carbono [CCUS]).

Pero, como individuos, ¿qué podemos hacer para contribuir a estos esfuerzos de descarbonización en la industria?

Acciones en tu día a día para contribuir a la descarbonización

De acuerdo con el World Economic Forum, 2022 el fracaso de la acción climática es el principal riesgo para el mundo en los próximos 10 años y es también el riesgo más grave, por lo que es importante poner manos a la obra por nuestro planeta.

El 28 de enero se celebra el Día Mundial por la Reducción de las Emisiones de CO2, fecha establecida por la ONU para hacer conciencia sobre la urgente necesidad de reducir las emisiones contaminantes a la atmósfera, ya que el dióxido de carbono o CO2 es el gas de efecto invernadero conocido por ser una de las principales causas del calentamiento global.

En EMMI, destacamos algunas acciones que pueden hacer la diferencia frente al cambio climático y contribuir al desarrollo sostenible. Recuerda, “pequeñas acciones pueden hacer la diferencia”.

El uso masivo de combustibles fósiles es el principal responsable de las emisiones de CO2, por lo que optar por usar transporte público, compartir el viaje, usar bicicleta y caminar cuando te sea posible, puede hacer una gran diferencia. También puedes optar por el uso de vehículos eléctricos o híbridos.

una de las ventajas de generar energía limpia a través de energías renovables como la solar o eólica es que no emiten CO2. Puedes optar por instalar un sistema de paneles solares en el techo de tu casa o industria, de esta manera además de ahorrar y cuidar el medio ambiente, estarás aprovechando espacios que no utilizas para generar tu propia energía limpia.

Cuida el uso de tus electrodomésticos disminuyendo su uso, ya que al usarlos se requiere de energía eléctrica y, por lo tanto, se queman combustibles fósiles. Por ejemplo, poner dos lavadoras a la semana con una temperatura de 40 grados reduce la emisión en 225 kilogramos de CO2. Si quieres contribuir al planeta y ahorrar dinero, utiliza electrodomésticos etiquetados con alta eficiencia energética que cuenten con sello FIDE (Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica).

Reducir, reutilizar y reciclar contribuye para alargar el ciclo de vida de productos y establecer un modelo de consumo responsable. Al darle doble vida a los productos como papel, vidrio, cartón, madera, agua, entre otros, contribuimos a reducir el consumismo y recursos disminuyendo las emisiones de CO2.

Elige productos elaborados de forma sostenible y cercanos a tu localidad, también conocidos como productos “kilómetro cero”, de esta manera evitarás las emisiones de CO2 derivadas del transporte, producción para el empaquetado y refrigeración, por ejemplo, la huella de carbono es mayor para la carne que para las verduras. También puedes optar por hacer tu propio huerto en casa.

Un árbol puede absorber entre 150 y 3,500 kilogramos de CO2 en su ciclo de vida. Por ello es importante, evitar la deforestación de los bosques, evitar incendios forestales e incentivar la plantación de nuevos árboles que contribuyen a reducir las emisiones de CO2 en la atmósfera.

Hay muchas acciones que podemos hacer en nuestra rutina diaria para contribuir a la descarbonización. En EMMI destacamos la importancia de incorporar fuentes de energía renovable en nuestra planificación urbana e industrial, ya que además de ahorrar en tu recibo de energía eléctrica; estarás contribuyendo a crear un futuro sostenible.

La economía verde como una solución para las emanaciones industriales

La economía verde se presenta como una solución vital para reducir las emisiones de CO2, equilibrando crecimiento económico y sostenibilidad. Este modelo fomenta la inversión en energías renovables y eficiencia energética, impulsando cambios en la operación industrial y en los hábitos de consumo. La transición hacia fuentes de energía limpia, como la solar y eólica, reemplaza a los combustibles fósiles, reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero y disminuyendo costos operativos.

Además, la economía verde es un motor de creación de empleo, especialmente en sectores como la energía renovable y la construcción sostenible. Esto demuestra que el cuidado ambiental puede ser sinónimo de crecimiento económico.

Las políticas gubernamentales juegan un papel crucial en este cambio, mediante incentivos para prácticas sostenibles y regulaciones para limitar las emisiones. La economía verde no solo es una respuesta al desafío ambiental, sino también una oportunidad económica, abriendo el camino hacia un desarrollo más sostenible y resiliente.

Emanaciones industriales en México

Conclusión

Enfrentar el cambio climático y reducir las emisiones de CO2 es un imperativo global que trasciende fronteras y sectores. Las soluciones existen y son variadas, pero su éxito depende de la voluntad colectiva para implementarlas. La eficiencia energética, la innovación en energías renovables, y la adopción de prácticas sostenibles tanto a nivel industrial como personal, son fundamentales en este camino hacia la sostenibilidad.

El desafío es grande, pero también lo es la oportunidad. La transición hacia una economía circular no solo es necesaria para el medio ambiente, sino que también ofrece potencial para el crecimiento económico y la creación de empleo. Cada acción, grande o pequeña, cuenta. Desde las decisiones de política hasta las elecciones cotidianas de los individuos, cada paso hacia la sostenibilidad es crucial.

Por último, la lucha contra el cambio climático es una prueba de nuestra capacidad para actuar con previsión y responsabilidad. Se trata de un esfuerzo compartido que requiere compromiso, creatividad y colaboración. Mirando hacia el futuro, nuestra capacidad para adaptarnos e innovar no solo definirá el legado que dejamos a las generaciones futuras, sino también la salud y la viabilidad de nuestro planeta.